La trayectoria deportiva de Vicenç Martínez lo sitúa como uno de los más importantes jugadores de la cantera del Barça. Tanto es así que empezó a destacar en el segundo equipo del Fútbol Club Barcelona la temporada 1912-13.
Vicenç Martínez encabeza la lista de goleadores históricos del Barça, con 200 goles
Gracias a su gran capacidad goleadora, muy pronto pasó al primer equipo del Barça (1915-23), cuando a penas tenía 19 años. De azulgrana, Martínez ganó cinco Campeonatos de Cataluña (1916, 1919-22) y dos Copas estatales (1920, 1922). También fue seleccionado para participar en los Juegos Olímpicos de Amberes (1920).
Vicenç Martínez jugaba de interior y de delantero centro, y disputó un total de 261 partidos. Por lo tanto, casi firmó una media de un gol por partido. Formó parte de la selección catalana en 7 partidos y marcó 3 goles. Al retirarse, fue objeto de un homenaje en Les Corts, el 17 de junio de 1923.
Barça y Picasso
Las crónicas deportivas de la época destacan que Martínez era “un deportista ejemplar”, que no sólo tenía “el aprecio de sus compañeros”, sino que era uno de los grandes preferidos de la afición azulgrana.
Francisco Nart, en su crónica en Mundo Deportivo del 18 de junio de 1923, destacó que era “un jugador modelo de constancia y de aprecio por su club”. El periodista calificó Martínez como “formidable delantero” que “tantos días de gloria ha conquistado” para el Barça.
Taller de Picasso homenajeó al Barça en el año 1974 con motivo del 75 aniversario del club con una exposición de obras de Vitriol
De esta forma, es obvio que, gracias a su abuelo, Jordi Costa estuvo muy unido al FC Barcelona desde muy pequeño. Y su espíritu azulgrana lo acompañó durante toda su vida, incluso, a nivel artístico. Tanto es así que Taller de Picasso homenajeó al Barça en 1974 con motivo del 75 aniversario del club.
La serie de obras con trasfondo azulgrana que se mostraron en la galería sacudieron a la crítica y al público. Encuadrados en un momento de censura, en las postrimerías del franquismo, el conjunto de cuadros, con ‘destape’ incluido, son un ejemplo de libertad artística.